lunes, junio 30, 2008

LA NATURALEZA HUMANA

En una cena de camaradería, en el Club CILSA de la ciudad de Santa Fe, que aglutina especialmente a amigos y familiares de niños con capacidades especiales, el padre de uno de estos chicos, pronunció un discurso que nunca será olvidado por las personas que lo escucharon. Después de felicitar y exaltar a la institución y a todos los quetrabajan por y para ella, este padre, hizo el siguiente razonamiento:- 'Cuando no hay agentes externos que interfieran con la naturaleza, el orden natural de las cosas alcanza la perfección. Pero mi hijo, no puede aprender como otros chicos lo hacen. No puede entender las cosas como otros chicos. ¿Donde está el orden natural de las cosas en mi hijo?'La audiencia quedó impactada por la pregunta.El padre del niño continuó diciendo:- 'Yo creo que cuando un niño como Facundo, física y mentalmente discapacitado viene al mundo, una oportunidad de ver la verdadera naturaleza humana se presenta, y se manifiesta en la forma en la que otras personas tratan a ese niño'.Entonces contó que un día caminaba con su hijo, por la vereda de un pequeño club de barrio, donde, tras un alambrado, algunos chicos jugaban al fútbol. Facundo le preguntó a su padre: '¿Crees que me dejen jugar?' Su padre sabía que a la mayoría de los muchachitos no les gustaría que alguien como Facundo jugara en su equipo, pero el padre también entendió que si le permitían jugar a su hijo, le darían un sentido de pertenencia muy necesario y la confianza de ser aceptado por otros a pesar de sus habilidades especiales.Ambos ingresaron por una abertura del alambrado, que en otro tiempo había poseído un pequeño portón de chapa. Cuando en el transcurso del juego, se acercó al sitio donde estaban parados, el chico que tenía la raída cinta de Capitán de uno de los equipos que estaban jugando, en su brazo izquierdo, y le preguntó (sin esperar mucho): 'si Facundo,podría jugar...'El chico miró alrededor, como buscando alguien que lo aconsejara y dijo:- Estamos perdiendo por dos a uno... Y al partido le quedan unos quince minutos... Supongo que puede unirse a nuestro grupo de suplentes y trataremos de que entre un rato antes del final. Facundo se desplazó con dificultad hasta 'el banco de suplentes' y con una amplia sonrisa, se puso una camiseta del equipo, traspirada y abandonada en el suelo por un jugador reemplazado, que, fuera de la cancha, se encontraba absorto, frotándose un tobillo hinchado.Mientras Facundo se sentaba entre el grupo de los que esperaban su posibilidad de jugar, su padre lo contemplaba. Los otros chicos notaron algo muy evidente: la felicidad del padre cuando su hijo era aceptado.Cuando faltaban cinco minutos para terminar el partido, el equipo de Facundo logró empatar el encuentro, con un verdadero e increíble 'cañonazo' desde la mitad de la cancha, que sorprendió al 'encandilado' arquero al venir del lado del sol, que caía con la tarde. Quedaban algunos instantes cuando ocurrió otro hecho notable: una mala entrega de un defensor adversario, permitió al centrodelantero 'del equipo de Facundo' hacerse de la pelota en el área... y cuando se aprestaba a definir con todas las posibilidades, el defensor, ofuscado por su desafortunada jugada anterior, lo 'barrió' desde atrás. Elárbitro pitó sin titubear: ¡¡penal!... ¡Penal sobre la hora...! Enmedio de los acalorados festejos del equipo, por la incomparable oportunidad de ganar (y '¡sobre la hora!') al tradicional oponente, se vio que el centro delantero, encargado principal de patear los penales, apenas podía ponerse en pie por el fuerte golpe recibido.Fue allí que el muchachito con la cinta de Capitán 'del equipo de Facundo', convocó al grupo de jugadores que deliberaba sobre quién patearía la pena máxima, y les indicó a todos, a voz en cuello, y señalándolo a Facundo:- '¡Tenemos entre los suplentes, al mejor pateador de penales del equipo! ¡Nos queda un cambio! Y dirigiéndose al árbitro le indicó:- ¡Yo salgo! ¡Y él entra a patear el penal!El referí aceptó la propuesta, mientras autorizaba el relevo dejugadores, en medio de la sorpresa del resto del equipo del Capitán, que se dirigía hacia Facundo, sentado aturdido en el borde del campo.Llegó a su lado, le dio la mano y... de un tirón, lo puso de pie, le dio un ligero abrazo y cuando se alejaba despreocupado, giró y le gritó:- ¡Suerte!...Facundo, obviamente extasiado sólo por estar en el juego y en el campo, sonreía de oreja a oreja mientras su padre lo animaba desde un poco más lejos, mientras en su cabeza un torbellino de preguntas se sucedían sin control: 'con esta oportunidad, ¿le dejaban patear y renunciar a la posibilidad de ganar el partido?'Sorprendentemente, Facundo ingresó a la cancha. Sus dificultosos pasitos y su desmañada figura, indicaron a todos los jugadores del campo, que un certero disparo por parte de Facundo era imposible. Así hubiera sido un teórico experto en fútbol, todos se dieron cuenta de que no podría, quizás, hacer llegar la pelota al arco. Sin embargo, mientras se paraba delante de la pelota ubicada en el círculo, a doce pasos del arquero oponente, el padre de Facundo tuvo la fuertesensación de que quizás..., el otro equipo..., estuviera dispuesto a perder..., ¡para permitirle a su hijo tener un gran momento en su vida!Facundo se movió unos pasos al frente y golpeó la pelota muy suavemente. El arquero, que notó obviamente la dirección que llevaba el balón, se arrojó hacia ese costado..., ¡pero como para 'sacarla' desde el ángulo superior del arco...! ... mientras la pelota, ingresaba... apenas rodando bajo su cuerpo... ¡y trasponía la línea del gol.! El árbitro convalidó el tanto y pitó dando por terminado el partido...Facundo, con sus brazos en alto, rebosando felicidad, giró la cabeza mirando a su padre... mientras (cosa extraña) los jugadores de ambos equipos lo vitoreaban y abrazaban como el héroe que convirtió el gol que dio a su país el campeonato mundial de fútbol...'Ese día', dijo el padre, 'los chicos de los dos equipos, ayudaron, dándole a este mundo un trozo de verdadero, cálido y prístino, amor humano'.Facundo no sobrevivió otro verano. Murió ese invierno..., sin olvidar nunca haber sido el héroe... y haber hecho a su padre muy feliz..., haber llegado a casa y ver a su madre llorando de felicidad y ¡abrazando a su héroe del día...!

martes, junio 17, 2008

QUE LES PARECE ESTE RETO??


"Un mundo sin quejas" dicta plan de 21 días contra descontento en el planeta
El pastor Will Bowen creó, en julio de 2006, el "Reto de los 21 días" con el propósito de ayudar a los miembros de su comunidad a eliminar la cultura de la quejumbre y sus efectos tóxicos; luego lo editó en el libro "Un mundo sin quejas".
Se trata de una propuesta que, de lograrlo, podría mejorar la vida de la gente a través de una mejor calidad de su tiempo y actitud ante la cotidianeidad; habría mejor salud, menos enfermedades, mejor ánimo, menos dolores, más autoestima y relaciones más satisfactorias.
En síntesis, seríamos personas felices, serenas, autosatisechas. No consiste en una dieta o dejar de fumar. Si alcanzamos el objetivo, asegura, nuestra vida cambiara. Seis millones de personas en el mundo ya lo han logrado, aunque suene a frase de comercial de TV.
Es un plan muy simple, creado por la organización "A complain free world" ("Un mundo libre de quejas"), fundada por el pastor Will Bowen, quién en el sermón matutino de un domingo, invitó a toda su congregación a iniciar este reto de tres semanas para ver resultados. Les explicó que es muy simple: "No quejarse, no criticar y no contar chismes".
Para probar su seriedad, repartió entre sus fieles una pulsera color morado para que, en el momento que se sorprendieran en la queja, en la crítica o en el chisme, se cambiaran la pulsera de muñeca, a fin de hacerlo consciente, e iniciaran otra vez el conteo.
Varias de las personas que participaban del reto, y que decían no quejarse demasiado, tomaron conciencia de que lo hacían un promedio de 20 veces al día, lo que el pastor calificó, lo mismo que la gente sensata de todo el mundo, como contaminación auditiva pura.
"Quejarnos se ha convertido en una epidemia. ¿Has notado cómo cuando nos quejamos, del tema que sea, lo único que logramos es sentirnos peor? No sirve para solucionar nada. ", dice Bowen para agregar que "eso nada más significa focalizar nuestra atención y energía en las cosas que no queremos, y no en las que sí anhelamos".
¿Por qué 21 días? El explica que porque así como un huevo de gallina tarda ese tiempo en madurar, también se requiere para que el hombre forme una nueva conducta o un hábito. Se le preguntó ¿Y si la crítica la pienso pero no la digo cuenta? "No. Sólo si la emitimos".
Quienes lo han logrado reconocen que no es fácil, sin embargo comentan que después de las tres semanas o el poco más que necesitaron, dejaron incluso de criticar con la mente. La clave es no darse por vencidos. Invita a empezar a la brevedad, "Tú lo decides".
Aunque el libro que se editó en México incluye una pulsera de regalo, el escritor señala en su programa que "no necesitas una pulsera, cualquier objeto que elijas es bueno: Puede ser tu reloj, ponerte una piedrita o una moneda en el bolsillo, lo que sea".
El objeto es darnos cuenta que nuestras actitudes y palabras sólo reflejan lo que pensamos. Qué vida queremos es la pregunta que nos acompañara los 21 días, recordando que el conteo recomienza cada vez que emitimos una queja, una critica, un chisme.
Miles lo hacen. Los doctores estiman que dos terceras partes de las enfermedades se generan en la mente. Esta propuesta es una invitación al cambio en el pensar y en el qué y el cómo nos comunicamos. Dejar de quejarse, de criticar y de propagar chismes es el objetivo que se persigue.