jueves, octubre 05, 2006

Ladrillazo o susurro: Tú eliges...

Un Joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en su auto Jaguar SType 2005, sin ningún tipo de precaución. De repente, sintió un estruendoso golpe en la puerta, se detuvo y, al bajarse, vio que un ladrillo le había estropeado la pintura, carrocería y vidrio de la puerta de su lujoso auto. Se subió nuevamente, pero esta vez lleno de enojo, dio un brusco giro de 180 grados, y regresó a toda velocidad al lugar donde vio salir el ladrillo que acababa de desgraciar lo hermoso que lucia su exótico auto. Salió del auto de un brinco, y agarro por los brazos a un chiquillo, y empujándolo hacia el auto estacionado le gritó a toda voz:"¿Qué rayos fue eso?, ¿Quién eres tu?, ¿Qué crees que haces con mi auto?". Y enfurecido, continúo gritándole al chiquillo: "¡Es un auto nuevo, y ese ladrillo que lanzaste va a costarte muy caro! Por qué hiciste eso?" -"Por favor, señor, por favor. ¡Lo siento mucho! No sé qué hacer", suplico el chiquillo "Le lance el ladrillo porque nadie se detenía..." Las lágrimas bajaban por sus mejillas hasta el suelo, mientras señalaba hacia alrededor del auto estacionado. "Es mi hermano", le dijo. "Se descarriló su silla de ruedas, y se cayó al suelo... Y no puedo levantarlo". Sollozando, el chiquillo le preguntó al ejecutivo: -"Puede usted por favor, ayudarme a sentarlo en su silla? Está golpeado, y pesa mucho para mi sólito... Soy muy pequeño." Indescriptiblemente emocionado por las palabras del chiquillo, levantó al joven del suelo, lo sentó nuevamente en su silla, y sacó su pañuelo de seda para limpiar un poco las heridas del hermano de aquel chiquillo tan especial. Luego de verificar que se encontraba bien, miró al chiquillo, y este le dio las gracias con una sonrisa que no tiene posibilidad de describir nadie... "DIOS lo bendiga, señor...y muchas gracias", le dijo. El hombre vio como se alejaba el chiquillo empujando trabajosamente la pesada silla de ruedas de su hermano, hasta llegar a su humilde casita. Cuentan que elejecutivo no reparó la puerta del auto, manteniendo la hendidura que le hizo el lladrillazo, para recordarle el no ir por la vida tan distraído y tan de prisa que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que preste atención. DIOS normalmente nos susurra en el alma y en el corazón, pero hay veces que tiene que lanzarnos un ladrillo a ver si le prestamos atención. Tu escoges: Escuchar el susurro... o el ladrillazo..